domingo, 1 de septiembre de 2013

Ayutthaya, antigua capital del reino de Siam



Ritual con aceites en el templo Wat Yai Chai Mongol

El sábado 27 de abril, después de más de ocho horas de sueño en el Hotel Aetas Bangkok, despertamos, por primer día, en la caótica capital de Tailandia. A pesar de tener previsto madrugar para ir hasta Victory Monument y, desde allí, coger una Mini Van para ir hasta la histórica ciudad de Ayutthaya (una opción muy muy económica), cambiamos los planes. El cansancio (y las horas de avión) pudieron más que el despertador. Nos levantamos a las 9 y se nos hizo demasiado tarde para hacer todo ese periplo. No obstante, haberse leído decenas (por no decir cientos) de posts en foros tiene su recompensa… Optamos por el plan B: pedir un taxi al hotel para todo el día: ir a Ayutthaya, transporte entre los principales templos y regreso a Bangkok. Todo, 5 horas y por 1.500 baths (unos 40 euros, dos personas). Aunque és menos económico que la primera opción, en comparación con Europa sigue siendo barato y vale la pena. Sobre todo, por el aire acondicionado...

Budas del Wat Yai Chai Mongol
Et voilà! A las 10.00 horas ya nos estaba esperando en la puerta del hotel el señor Roy, el que fue durante toda la mañana nuestro taxista y que, posteriormente, nos llevó esa noche al aeropuerto, donde partimos a Chiang Mai. De camino a Ayutthaya, antigua capital del reino de Siam y que dista cerca de 90 kilómetros de Bangkok, charlamos con el taxista en inglés, alguna cabezadita y…llegamos a Ayutthaya!  Esta ciudad fue el centro de Tailandia durante más de 400 años, tuvo 33 reyes y se estima que a principios del siglo XVIII alrededor de un millón de personas vivían en ella, convirtiéndola en una de las ciudades más grandes de la época. No obstante, en 1769 los birmanos la destruyeron y saquearon. 


Cabeza de buda del Wat Phra Mahathat
En primer lugar, nuestro “amigo” taxista nos lleva al Wat Yai Chai Mongol, uno de los recinos más famosos de Ayutthaya, por sus decenas de budas. Posteriormente y después de dejarnos danzar a nuestro aire cerca de 40 minutos, fuimos a ver otro imprescindible: el Wat Phra Mahathat. Este tiene la imagen más fotografíada de Ayutthaya: una cabeza de buda en arenisca misteriosamente apresada entre las entrelazadas raíces de un árbol. Hay quien dice que, abandonada tras el saqueo birmano, los árboles crecieron a su alrededor. 


Wat Phra Si Sanphet
La tercera parada de la jornada fue en el Wat Phra Si Sanphet, templo característico por sus tres famosos chedis (o stupas) y que fue construído al lado del palacio real, del que hoy en día ya no queda nada. Aquí compramos un librillo muy baratillo (creo recordar que no llegaba a los 2 euros), que explicaba de forma breve, clara y concisa la historia y los principales templos de esta histórica urbe. Al lado de esta maravilla está otro curioso templo, cuya fachada no dejará indiferente a nadie: el Wat Phra Mongkhon Bopiht, con uno de los budas de bronce más grandes de Tailandia (17 metros de alto).


Lokaya Suthara
Finalmente, Roy nos llevó a Lokaya Suthara, un gran buda reclinado, cuyo acceso es gratuito. Si no recuerdo mal, tiene 37 metros de largo y 8 de alto. Ese día, y como es habitual, estaba cubierto por una brillante tela de color naranja. Por cierto, para visitar todos estos templos desaconsejo totalmente, al menos en temporada alta de calor (de marzo a mayo), coger bicicletas. Las distancias, como en casi toda Tailandia, son increíbles...y el sol es abrasador. 



Regresamos a Bangkok sobre las 16.00 horas. Comimos en el restaurante del hotel un platito de pasta, nos cambiamos de ropa (modo climatizador, para el aeropuerto) y enfilamos para Suvarnabhubi, al que se tarda en llegar cerca de 40 minutos (si hay tráfico, esto se puede demorar hasta más de una hora larga…Es mejor ir con bastante tiempo, los nervios seguro que lo agradecen). Hicimos el check-in con Thai Airways, facturamos las maletas grandes, pasamos por el control de seguridad y, antes de subir al avión (grande, de 2-4-2 o 3-4-3, no me acuerdo), picamos algo. 


Habitación del Hotel Siri Lanna
Llegamos, en menos de una hora (50-55 minutos), al aeropuerto de Chiang Mai. Allí nos esperaba, a las 22.40 horas, una furgoneta de alto standing del hotel Siri Lanna, que nos traslada, en 10-15 minutos, a nuestro alojamiento. Después de hacer el check-in, en recepeción nos invitaron a una de las pocas bebidas "exóticas" que probé durante el viaje y me gustó mucho: zumo de kawa, o algo así. Era de color verde, y muy fresquito. 


Jacuzzi del Hotel Siri Lanna
  
El hotel, ubicado dentro de las murallas y con poco más de una veintena de habitaciones, está decorado con bastante gusto, es de estilo totalmente thai y tiene una piscina a la que es imposible resistirse después de una larga jornada turística. Nos aposentamos con todos los bártulos en nuestra bonita habitación, decorada en teka y con un mega baño (con ducha y jacuzzi), e intentamos visitar el mercado nocturno, pero estaba a punto de cerrar y decidimos quedarnos descansando. Nos esperaban, como pudimos comprobar, días muy fuertes y agotadores que, sin bien nos dejaron a veces sin fuerzas, compensaron todo lo que vimos. 



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